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© 2018 Feel-life

Feel-life

Durante mi carrera profesional he compartido con muchos  profesionales comprometidos en una realidad social  marcada por cambios y juntos  nos hemos enfrentado a nuevas problemáticas que en ocasiones nos han podido llevar al límite del desánimo, o bien a la profundización de nuestro saber y la ampliación de nuestras modalidades de intervención.

 

Vivenciando y sumergida en mi propio proceso personal actual, tengo  claro que el desánimo no es una buena estrategia de intervención.

Por lo tanto, (como siempre dice uno de mis maestros)  tener bien claro qué estamos haciendo,  por qué  y para qué hacemos lo que hacemos, con el fin de hacerlo cada vez mejor y darle un sentido.

 

Mi trabajo profesional es vocacional, podría asemejarse a una especie de “arte“(metafóricamente hablando)

“El Arte, es una gran metáfora de vivir ". 

 

Después de más 18 años vinculados al mundo de la psicoterapia, defino  mi línea de trabajo vivencial- emocional. Como resultado de esto doy forma y nace  Feel-life con el fin de ofrecer una herramienta terapéutica basada en la vivencia real del aquí y ahora.        

 

Para que  el  proyecto Feel –life funcione, es básico el trabajo en  equipo, “sino  navegamos en el mismo barco, difícilmente nos mantendremos a flote”. Para poder navegar, hay que juntos construir un barco, gobernarlo y acto seguido  elegir un buen rumbo para  llegar a destino marcado.  

 

Como profesional de la salud emocional todos los días recibo  en consulta personas  con un mismo objetivo, el  deseo de sentir la vida.  Cuando tengo a un cliente en consulta lo primero es  pensar como manera voy  a acompañarlo en su proceso de crecimiento personal y que estrategias vamos a implementar para ayudarle a construir sus proyectos y así concretarlos, donde pasa  por el sobrevivir, sobreponerse superarse y por último vivir. Superando el mal-estar y generando bien-estar.

 

En proyecto Feel-life se ha de  tener muy claro cuáles son los  objetivos y cómo pensamos alcanzarlos.

Para ello os presento ingredientes básicos para tener éxito en el proceso:   

 

·        Vínculo terapéutico.

·        Relación empática. 

·        Diálogo relacional actuado. 

·        Comunicación.  

·        Procesos implícitos.  

·        Relación de confianza. 

·        "Juego" de construcción y creatividad permanente.

 

Defino entonces la terapia  feel-life,  como un espacio  constituido por creatividad y juego entre fondo y figura, en donde el terapeuta oscila entre su función de contención (consolidando el vínculo empático) y su función de intervención e interpretación; como una figura que se destaca sobre el fondo del encuadre, alternando ambas funciones según las necesidades del cliente.

La  relación terapéutica consta  entonces de  apertura del espacio intersubjetivo dónde  permite a ambos convertirse en figuras activas con iniciativas y acciones interpersonales espontáneas, lo cual los conducirá a la construcción de nuevas y diferentes maneras de interactuar hasta el encuentro vivencial-emocional.

 

Algunos de los aspectos más importantes del trabajo psicoterapéutico con las emociones  en la terapia feel-life:

Es un proceso concreto, breve,  progresivo, intenso, emocional y vivencial que se lleva a cabo en  un espacio cuidado.  

No es lineal ni es posible abordarlo a través de una secuencia fija.

El terapeuta deberá proporcionarle al consultante seguridad, apoyo y contención: hasta que éste no se sienta seguro y capaz de controlar su propia experiencia emocional, no será posible iniciar el proceso de cambio.

Terapeuta y cliente deberán establecer una alianza de participación y acción conjunta.

Las diferentes reacciones de los consultantes frente a los sentimientos de malestar no pueden abordarse de un mismo modo. En los casos en los que predomina el autoengaño (una forma de negación), lo primordial será que el cliente pueda romper con los procesos de evitación de sus emociones, para luego acceder a ellas, experimentándolas y aceptándolas.

En cambio, cuando prevalecen las reacciones emocionales extremas, lo importante será ayudar al sujeto a "auto calmarse" y "auto tranquilizarse", focalizando la atención en la regulación de la respiración y la relajación muscular. Este proceso le proporcionará entrenamiento sobre modos de controlar y modificar sus tendencias de acción des adaptativas. En ambos casos habría un segundo momento de intervención, que será el de la simbolización y la reflexión. La simbolización del "qué" de la experiencia proporciona la sensación de sentir los sentimientos y transformarlos, facilitando la creación de nuevos significados.

El darse cuenta del "cómo" y “para qué” de la experiencia emocional y conocer los procesos internos que conducen a ella, es mucho más importante para producir cambios que entender el "por qué".

Lo que convierte en terapéutico el “vivenciar” y la toma de conciencia de las emociones, es acceder a necesidades, metas e intereses emocionales alternativos, poniendo en práctica recursos internos que ayudan al afrontamiento, y permiten su regulación y reestructuración. De este modo, el consultante podrá cambiar sus sentimientos negativos o disfuncionales por otros que le proporcionarán una alternativa a sus esquemas centrales des adaptativos.

 

El proceso de  un cambio terapéutico implica un movimiento que va desde la evitación, a las reacciones emocionales, a una actitud de reflexión, aceptación y transformación.

 

La incorporación de la experiencia emocional promueve su asimilación y activa plenamente la memoria emocional, organizando mejor dicha experiencia en la conciencia, donde ésta puede ser simbolizada en el darse cuenta, haciéndose más comprensible.

 

La posibilidad de interiorizar la experiencia emocional,  es lo que permite el fortalecimiento del sí mismo.

Por otro lado, cuando los sentimientos de malestar producen reacciones emocionales extremas que resultan desbordantes. Esto conduce a su vez a contactar con los sentimientos primarios de manera más regulada.

 

"Para muchas personas, desarrollar capacidades de autorregulación afectiva en áreas de malestar, constituye el corazón de los procesos de cambio.

Ser capaz de regular la ansiedad y la activación afectiva desarrollando la habilidad de calmar los miedos, ayuda a la persona a sentirse a salvo y segura. Fallar a la hora de desarrollar esta habilidad da como resultado muchos trastornos emocionales".

 

En todo esto cabe mencionar la creatividad como trampolín para crear “esa burbuja entre terapeuta y cliente” que nos permita transitar las emociones. La capacidad de crear y producir cosas nuevas y valiosas; es una herramienta que tenemos los seres humanos para elaborar conclusiones y resolver problemas de manera original. La actividad creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo determinado.

En su materialización puede adoptar, entre otras, forma artística, literaria o científica, si bien, no es privativa de ningún área en particular. La creatividad es el principio básico para el mejoramiento de la Inteligencia Emocional y del progreso de la sociedad y es también, una de las estrategias fundamentales de la evolución natural. Es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad, por la adaptabilidad y por sus posibilidades de realización concreta.

Todos nacemos con una capacidad creativa que luego puede ser estimulada o no. Como todas las capacidades humanas, la creatividad puede ser desarrollada y mejorada, pero esto sólo será posible en la medida en que el sujeto esté dispuesto a ello y se preste en forma espontánea al desarrollo del proceso creativo.

“El ser humano, está creado para evolucionar. Dicha  evolución pasa por transitar y gestionar las emociones “

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